
Feng Shui es el arte de la colocación, o el arte de la fluidez. Su traducción literal es viento y agua y es un antiguo método chino de diseñar ciudades, casas e interiores.
El término “Feng Shui” significa literalmente viento y agua. Es una parte de la metafísica china que estudia el campo de energía de nuestras viviendas y el entorno, y la manera en que incide sobre el bienestar de sus habitantes.
La armonía que propone el feng shui surge del diálogo que establecemos diariamente con los espacios donde vivimos y de la experiencia física y emocional que este espacio genera en nosotros.
Originario de China, el feng shui nos permite reconocer cómo en los distintos ambientes de una casa se generan campos de energías, positivas y negativas. Para esto, el feng shui usa las coordenadas de los ambientes, la posición de los muebles y los colores predominantes en la casa.
El Feng Shui pretende maximizar el movimiento del chi - la fuerza y energía de la vida universal presente en todo nuestro entorno. Según la filosofía feng shui, de la misma forma que el aire fresco y el agua alimentan nuestros cuerpos, también lo hace el chi fresco y limpio que nutre nuestros hogares y vidas.
Todo el secreto del feng shui se resume en una sola cosa: comprender el flujo del Chi. El Chi es la energía primordial del Universo. El Chi se vuelve útil cuando se lo puede concentrar e inútil cuando se dispersa. Viento y agua (feng shui) son las claves para la dispersión o concentración del Chi.
El objetivo del feng shui es concentrar una cantidad adecuada de Chi en la vivienda y así beneficiar a sus habitantes. Las formas de las montañas y ríos, de los edificios y calles, influyen sobre la calidad del Chi. Las formas sinuosas producen un Chi beneficioso (Sheng Chi), mientras que las rectas producen un Chi maligno, que llamaremos Sha o Sha Chi. Cuando el Chi circula en línea recta toma un carácter agresivo y destructivo. Asimismo las estructuras con puntas o formas agresivas crean Sha Chi, tanto más cuanto más amenazantes parezcan. Algunos textos se refieren a ellas como “dardos envenenados”.
Cuando el chi (energía) que atraviesa nuestro espacio esta bloqueado, débil ó mal encauzado, puede perjudicar nuestra salud, creatividad, nuestras relaciones, el dinero o el trabajo.
El feng shui pretende lograr que el chi atraviese nuestro espacio con gracia, como una brisa suave ó un arroyo fresco.
Cuando el chi se bloquea se vicia y estanca, como una piscina invadida de algas y hojas muertas. Quizás nos sentimos cansados, agotados, deprimidos, incapaces de concentrarnos, con dificultades para avanzar en nuestras vidas. Cuando el chi corre con demasiado fuerza, se convierte en un huracán ó inundación, provocando inestabilidad, posibles crisis y un ambiente en el que tenemos que hacer un gran esfuerzo para seguir adelante.
Según este arte de diseño, un mal feng shui también puede perjudicar los lugares de trabajo. Un chi bloqueado o acelerado puede crear una mala comunicación entre directivos y empleados de una empresa, conflictos entre equipos, dificultad en atraer clientes, la pérdida de credibilidad e ingresos, el fracaso comercial de un negocio y una falta de ideas e iniciativas nuevas.
La distribución de los muebles, los colores usados en cada habitación, como también la ubicación del edificio son fundamentales en el Feng Shui, pues permiten que el ambiente este en equilibrio y nos aporte energía positiva.
El Feng Shui utiliza colores, números, símbolos de animales y los cinco elementos (tierra, agua, fuego, metal y madera) para producir equilibrio y armonía en nuestro entorno. Actualmente esta técnica se ha extendido por todo el mundo y la aplican decoradores especializados en el arte del Feng Shui.
La geomancia china se aplica a la arquitectura, la decoración, el diseño de interiores, las construcción de jardines, elementos acuáticos e incluso el urbanismo. Muchas de las características del feng shui están basadas en principios lógicos y estéticos donde el sentido común y la búsqueda de la belleza son muy importantes, además existen otras variables que se sirven de los ciclos de tiempo o las líneas magnéticas de la tierra.
Los consultores de feng shui aplican generalmente este arte a la mejora de la salud, los ingresos económicos, la capacidad de estudio o el encuentro de mejores relaciones ya sean personales o comerciales...
Para los sabios taoístas el feng shui tiene su propio marco de actuación, englobándose dentro de lo que se llama “suerte de la tierra”, es decir la influencia del entorno sobre la vida de las personas.
Pero además de esta influencia, se tiene en cuenta lo que ellos llaman el Qi del cielo (características innatas desde el nacimiento) y el Qi del hombre (su esfuerzo, dedicación y tesón personal). Como puede verse el Qi de la tierra es un factor que interfiere en los demás pero no es un hecho final y absoluto, por tanto el feng shui ha de verse como una interrelación o ayuda a otros factores, no como una panacea que subsana en forma mágica todos nuestros problemas. Los chinos llaman a estos factores las tres suertes, denominando Ren Chai a la suerte de hombre, Tien Chai a la suerte del cielo y Ti Chai a la suerte de la tierra.
(FUENTES: Feng Shui Mundo/Feng Shui Natural/ El Mueble)
¿Te gustaría profundizar en el tema? Aprende a usar el espacio, el orden y el color para lograr más creatividad y descanso, relaciones más cálidas y profundas, mayores logros en el trabajo, más productividad... Para ello, te recomendamos 2 libros + DVD de la experta en Feng Shui Rosa Riubó, que constituyen un auténtico Curso a tu alcance.
Haz click en las imágenes, para más información.


Más libros de la autora AQUÍ y haciendo click en su imagen

El Feng Shui es el arte de la fluidez. Si te interesa el tema y quieres aprender a usar el espacio, el orden y el color para lograr más creatividad y descanso, entra aquí o haz clic en la imagen

Objetos de decoración relacionados con el Feng Shui, aquí, o haciendo clic en la imagen
