La conciencia emerge del cerebro y del cuerpo actuando en perfecta armonía. El corazón, en especial, juega un papel significante en este proceso ya que tiene una inteligencia particular que es nuestro “sentir”: una red de comunicaciones nerviosas que lo habilita para aprender, recordar y tomar decisiones funcionales que complementan el papel del cerebro.
Al aprender a sincronizar el corazón, la mente y el cuerpo se incrementar nuestra conciencia y claridad, a la hora de actuar en nuestro entorno, y en conjunto con tus compañeros de vida ¿Cómo hacerlo?
Una técnica muy sencilla es “Respirar con Actitud”. ¿En qué consiste?
Inhala, enfocando la atención en el corazón. Exhala, enfocando la atención en el plexo solar, esto es 10 centímetros más abajo, justo debajo del esternón.
Una vez centrada tu atención en la caja torácica, después de unos 30 segundos, escoge una actitud o pensamiento positivo para inhalar o exhalar durante los siguientes 30 segundos.
Selecciona actitudes que te ayuden a compensar las emociones negativas y de desequilibrio, en la situación que estás atravesando. Respira profundamente para dirigirte hacia el sentimiento verdadero de esa actitud positiva. Por ejemplo, inhala Tranquilidad y exhala Gratitud…
No te desanimes si no consigues resultados inmediatos. Ten confianza y siente el Amor en tu corazón: inhala Amor y exhala Gratitud, o por ejemplo, inhala Amor y exhala Compasión . Esto nos ayuda a identificarnos con nosotros mismos y con nuestros semejantes, y todo fluirá de manera armónica trayendo a tu vida paz, alegría, amor, armonía, prosperidad…
…el sólo hecho de hacer un esfuerzo genuino para cambiar nos ayuda a alcanzar un estado neutral, en el cual somos más objetivos y ahorramos mucha energía.
(FUENTE: Maria Antonieta Lanz)
