
Junto a la práctica de las asanas y de la meditación, el Pranayama es un componente esencial del yoga. “Pranayama” es una palabra en sánscrito que literalmente significa “control” (āyāma) “del aliento vital” (prāna).

Pranayama se realiza mediante técnicas de respiración muy precisas, pero el pranayama no es el “control del aliento vital” sólo en relación con la respiración, ya que prana es, sobre todo, la energía que fluye en nosotros a través del cuerpo sutil y que nos impregna a nosotros y al cosmos.
El prana es “el espíritu de la vida en nosotros y alrededor de nosotros” y como escribe Yogi Bhajan:
“Pranayama es la ciencia de controlar y conservar el prana a través de las técnicas de respiración que cambian el estado físico, mental y energético de nuestra vida”
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La Respiración de Fuego en el Kundalini Yoga
La tradición del Kundalini Yoga comprende la práctica de numerosísimas técnicas de respiración, integradas a menudo en la meditación con efectos bien precisos.
Una de las prácticas más importantes es el pranayama llamado “Respiración de Fuego” – si alguna vez has hecho Kundalini Yoga, incluso de manera solo ocasional, seguramente habrás conocido u oído hablar de esta técnica de respiración.
La Respiración de Fuego actúa directamente sobre la zona del diafragma con un ciclo de concentración rítmica y relajación del punto del ombligo, o tercer chakra, el centro energético que corresponde precisamente al elemento fuego.
Cómo funciona la Respiración de Fuego
En la Respiración de Fuego juega un rol fundamental la espiración, que se controla activamente usando el área muscular que se encuentra aproximadamente 1,5 cm por debajo del ombligo: tirando hacia dentro el punto del ombligo, esto contrae el bajo vientre y empuja el diafragma hacia arriba; el diafragma, a su vez, comprime los pulmones y con fuerza expulsa el aire.
A continuación se realiza una respiración abdominal rápida y vigorosa, sin pausa entre exhalación e inspiración y con un ritmo rápido de dos o tres respiraciones por segundo.
Inspiración y exhalación tienen la misma duración y normalmente se realizan por la nariz (en algunos casos, solo cuando el instructor o el manual que estéis usando para la práctica lo especifiquen, se puede respirar también por la boca).
Cuando se está empezando y no estamos aún acostumbrados a la práctica, es aconsejable mantener un ritmo más lento, también para poderse escuchar y percibir bien el correcto movimiento diafragmático; a medida que se va progresando en la práctica, se llegará a mantener el ritmo adecuado.

“Cinco, diez minutos de Respiración de Fuego es todo lo que se necesita...
Si hacéis la Respiración de Fuego, esto purificará los pulmones y
los fortalecerá. Tendréis una respiración profunda durante todo el día,
tendréis una buena oxigenación de la sangre, y os mantendréis jóvenes
y sanos durante mucho tiempo. Practicarlo entre 5 y 15 minutos cada día
es la mejor manera de mantener la sangre purificada, pase lo que pase.
Se trata de un sistema directo de depuración de la sangre.”
(Yogi Bhajan)
Los beneficios de la Respiración de Fuego
Practicando la Respiración de Fuego, el prana se concentra fuertemente en el área del tercer chakra, favoreciendo una fuerte recarga energética; además, reactivando el elemento fuego se activa un proceso de purificación, que “quema” las toxinas del cuerpo físico, pero no solo eso: ayuda también a “limpiarse” energéticamente y psíquicamente.
Realizar el pranayama “Respiración de Fuego”:
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Elimina toxinas y escorias del organismo.
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Despierta y reactiva el diafragma, aumentando la capacidad pulmonar y la fuerza vital.
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Refuerza el sistema nervioso y nos hace más resistentes al estrés.
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Equilibra el sistema nervioso simpático y parasimpático.
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Refuerza el chakra del ombligo y todos los órganos digestivos.
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Aumenta la resistencia física.
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Potencia la transmisión de oxigeno al cerebro, favoreciendo un estado mental concentrado, neutro e inteligente.
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Reduce los impulsos hacia dependencias de tabaco, drogas y alcohol.

Cómo se realiza la Respiración de Fuego
Algunas recomendaciones previas
Este pranayama a menudo se realiza en las secuencias y en las meditaciones del Kundalini Yoga, pero se puede practicar también solo, sentándonos en una posición meditativa en el suelo, sobre una silla, o bien estirados.
En cada caso, es fundamental mantener la columna bien estirada y una leve contracción de Jalandhara bandha.
El tórax está relajado y levemente alzado durante todo el ciclo de la respiración.
Para iniciar la práctica de la Respiración de Fuego hay que ir con calma, dándonos tiempo para reforzar y entrenar los músculos de la pared abdominal y alrededor del ombligo, que normalmente no estamos acostumbrados a usar.
Podrían aparecer mareos o una leve sensación de vértigo al inicio, cuando se está empezando esta práctica: si sucede, simplemente haz una pausa, respirando según tu ritmo natural y cuando te sientas bien de nuevo, retoma la práctica.
Otra dificultad que se puede encontrar al inicio de esta práctica, está en el orden de inspiración y exhalación.
En la Respiración de Fuego es esencial contraer el punto del ombligo solo espirando, es decir, expulsando el aire hacia fuera. Algunas personas en cambio respiran inconscientemente “al contrario”, porqué tienen la costumbre de tirar hacia atrás la barriga cuando inspiran.
Para entender cómo funciona tu respiración y para asegurarnos de no invertir la respiración, es recomendable estirarse boca arriba con una mano sobre la barriga, justo por debajo del ombligo: respira lentamente y, mientras espiras, sentir que el abdomen se mueve hacia dentro, llevando tu mano hacia abajo, hacia el suelo; mientras inspiras, siente la barriga alzándose, empujando la mano hacia arriba, hacia el techo. Después de haberte familiarizado con este movimiento, estarás preparado para conseguir, gradualmente, la Respiración de Fuego.
Pasos para realizar la Respiración Pranayama
- Siéntate en posición fácil, o en otra posición meditativa que encontréis cómoda.
- Lleva las manos hacia el pecho en el mudra de la oración.
- Abre tu sesión de práctica con los mantras de la tradición del Kundalini Yoga.
- Entrecierra los ojos casi totalmente y llévalos hacia el punto entre las cejas, el tercer ojo.
- Focaliza en la exhalación: espira rápidamente por la nariz, empujando la zona diafragmática (es decir, la zona del ombligo) hacia atrás y hacia arriba la columna vertebral, haciendo que salga todo el aire de los pulmones.
- Sucesivamente, inspira relajando simplemente la zona apenas contraída: por acto reflejo la barriga irá “hacia afuera”, sin necesidad de forzar este movimiento.
- No hagas una pausa entre la exhalación y la inspiración: el ritmo es rápido con aproximadamente 2 o 3 respiraciones por segundo y la duración de la exhalación y la inspiración es la misma.
- Practica la respiración de fuego de 1 a 3 minutos.
- Para acabar, inspira profundamente por la nariz, mantén la respiración durante 10 segundos, espira de nuevo por la nariz y relájate.
- Quédate en la posición meditativa, lleva las manos en Gyan Mudra sobre las rodillas, con los brazos extendidos y las palmas hacia adelante.
- Observa el flujo espontáneo de la respiración durante 3 minutos.
- Inspira profundamente, espira.
- Repite el ciclo, si quieres. Cuando acabes tu práctica de la Respiración de Fuego recita los mantras de cierre.
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